“La infancia; el tema de unos
juegos florales relativamente feroces, pero en fin,
música
alrededor de una glorieta vacía”
Enrique
Lihn, “La infancia”
Es la alta
noche en mi casa de Villa Crespo
está nublado el cielo, al lado, en la ventana
está nublado el cielo, al lado, en la ventana
y yo veo, como
una excusa, Medea de Pasolini
elijo esta
otra película, pienso,
en la que un centauro
dice
que la naturaleza no es natural
que la naturaleza no es natural
que cuando lo parezca se habrá transformado en otra cosa.
Todo es
santo, proveniente de algún dios que está detrás
o que dejó
su huella.
para mí es
suficiente.
giro la cabeza hacia la ventana
y se enciende la luz de entrada:
y se enciende la luz de entrada:
mi hermana
más chica, las 3 de la mañana.
Hablamos a
oscuras en la mitad de la noche
está más flaca,
nos vemos poco.
Ahora, por
la casi total oscuridad
y en los
días pasados,
al
igual que con mi otra hermana.
Cada una su
camino, como un ramillete
salido de
una madre.
Como un
ramillete que se desata cayendo los tallos en ríos distintos.
Como sucede
en todos lados y también en mi vida.
Cada una su
camino y algunos pensamientos
que se
comunican casual y maravillosamente
en medio de la cálida tempestad.