miércoles, 30 de abril de 2008


futuro, perro doméstico
perro al borde de la cama

perro bajo tierra perro al sol de adentro

perro español perro indio

perro con bozal de peros
perro de caza dormido

perro nadador
perro de la voz
perro infiel de lo imposible

perro de mis poesías

perro castrado de balcón
perro de nadie, galgo de ahora

perro tiempo entre las bolsas
de basura

perro mudo en la noche
del lobo
que labra
perro infaltable, muerto

perro brazo y perro ojo

perro al lado de la escalera

perro desatado en la tormenta

perro no ladra

perro en pecera

perro paseado descansa en la plaza

perro atardece

perro bajo el colchón de las noches felices

perro en la música

perro yo
perro de la continuidad

perro de décadas que vuelven
como viento con correa

no combina perro con cemento

perro del pasto en las baldosas

perro de montaña en patios rojos

mi perro, el tuyo el mismo perro
perro de siempre y de nunca morirse

perro eterno como un pájaro verde al hombro

perro de mar en la costa seca

perro en la espuma perro de baño

perro infatigable todos los perros
del mundo en el perro
del mundo
perro ocio
sentado sobre la pila de libros
perro sí ladra
perro peor sueña con voz de humo
perro alfombrado mira a cámara

perro dorado de gestos al sol de la ruta

perro banquina puro

perro a gusanos
rabia de perro desparramada

perro hipódromo

perro olvidado en la puerta
del supermercado

perro atado al poste frío

perro de nieve

perro congelado vivo

perro se derrite

perro se derrite

se hace agua de deshielo

perro iglú en la casa nueva

perro trepador de tilos

eucaliptus
perro ciclista

perro blando de la diferencia

perro al borde de la pileta

perro mirando al cielo.

domingo, 27 de abril de 2008

admiración instantánea


éste en mi ipod junto con otros, claro que sí
hoy lo escuché volviendo de una fiesta muy figa, viniendo por plaza italia a las 7.30 de la mañana
no llevé gafas de sol y me morí de verguenza de la cara de fisu que tenía
aish

http://www.fotolog.com/srta_polyester

domingo, 20 de abril de 2008

otra del otoño


es la cuestión del hermetismo. cómo muere en un polo para renacer en el otro.
las metamorfosis del hermetismo.

sábado, 19 de abril de 2008

misuminus

estaba pensando... quizás mi blog no exista. jamás tuve un comment, eso podría ser porque a nadie le dan ganas de comentar en mi blog. pero tampoco tuve un comment de virus, como sí tiene ana o el resto de los blogs. jamás alguien me dijo: vi tu blog. quizás nadie haya entrado nunca, no llevo cuenta del número del perfil, pueden ser todas entradas mías.
creo también que esto es algo de baja importancia, pero pensaba nada más que tranquilamente mi blog puede no existir y pienso que estoy subiendo cosas a un lugar que no existe.
pienso que estoy publicando y en realidad es un ida y vuelta conmigo misma.
eso no es un problema tampoco, es común, no sé. no pasa nada en realidad, es sábado, pero para mí es domingo y estoy por ir a bañarme maría, vos todo bien?

miércoles, 9 de abril de 2008

que no tenga polvo
que sí tenga gusto a tierra
que no tenga vergüenza ajena

que las horas de la mañana se partan al medio
que nosotros nos desintegremos
y todo se vuelva cósmico
pero sin polvo,
sí con sabor a tierra
olor y gusto en todas las cosas
a tierra
la piel con gusto a tierra
y el sabor del pan casero
necesitamos que la mañana dure el doble
que desaparezca la tarde
es insoportable aniquilar el polvo
nos invaden las cucarachas.

un baño es una cosa
un baño roto es otra cosa
el daño transforma las cosas
pero persistimos en los años.
que la tarde del mundo se desintegre
que se haga cosmos, que el mundo pueda ser
lo que es el mundo
que la materia se liquide
que haya olor a tierra
que la gravedad desaparezca
y desayunemos en el aire
está bueno que sea domingo

ahí sí la tarde
ahí las cosas como son todavía
y el polvo que cubre las cosas
levantarse es en tus ojos
y la mañana yéndose
que la yerba no tenga polvo
que la mañana no se desprenda
que dure

que los días se distancien más unos de otros
que haya un tiempo sin horas y sin polvo
es el olor y no el gusto de la garrapiñada
es el tiempo de cocción
que desaparece en el paquete
es pasar por al lado del carro
es media cuadra y no caer
en la tentación
que la ley de gravedad desaparezca
porque la gravedad desaparece

el olor a tierra dispersado entre las hojas
de los libros que giran entre las palabras
escritas en las nubes
el aire hecho de nubes
y de helio olor a tierra
la garganta desintegrada
gusto a tierra
el fin de la unidad, la consumición de los paquetes
de regalo, de los cuerpos
los pelos en el aire, las partículas
del iris de tus ojos en los míos
en los de un chico pelirrojo

el cielo transparente, el fin de la distancia
hasta que vuelve
el domingo y ahí sí
las cosas enmarcadas en las formas
un intento mágico de qué
de nombrar
de dejar que los nombres hagan
de las cosas, cosas
como el domingo es siempre domingo
pero antes la música
en un lugar o en otro
una mezcla de notas desintegradas

algo como abrir una tapa
difícil de abrir y dejarla enroscada
pero suelta
que si das vuelta el tarro se cae
y el aire la atomiza durante las tardes
de los electrones
y todo se recompone el domingo
como sea que coincida en la hora cero

un ojo en la gubia de plástico sostenida
por la mano de un mono con cabeza de pelícano
vestido con la remera donde se estampa tu boca
y después, para que no asuste
llegue el polvo hacia la tarde
y el orden tradicional de las cosas
sea un acto mágico de reencuentro
y memoria recolectada
correr al lugar
de permanencia, al hogar, al bosque preferido
y no dormir el domingo de las cosas
esperar el domingo de las cosas
y el resto del tiempo
sea el polvo
que falta entre la mezcla de
una desintegración
con gusto a tierra
en la boca de nadie
en la boca de dios
formar la ausencia del polvo
descansar

y llegar al domingo como se llega
a abrazar a alguien después de un viaje
transoceánico o después de dormir
veinte horas en un colectivo
que viaja hace tiempo
de larga distancia.

martes, 8 de abril de 2008

la mañana vino hecha
para leer poesía
si trago una palabra
vomito una palabra
la mañana vino hecha
para escribir poesía
como llega el final
del semáforo rojo,
entran por la ventana
del pulmón
las palabras al lugar donde las frases
no se borran nunca.
la mañana vino hecha
para admirar poesía
así apilamos libros sobre la mesa
coincidimos en la necesidad
de un destinatario y la envidia
de una escritura objetiva
que nos borre
automáticamente
la mañana vino dicha
en voz alta
deseamos un tiempo sin horas
“no hay que leer,
no hay que pertenecer al tiempo ajeno”
creemos en la literatura
contemporánea, en la presencia
destino para escribir
destino para leer
gritamos
el final del semáforo rojo
ruido entra
de vidrio roto
me cerca una poesía
larga
la mañana vino hecha
para retenernos
podés retirarte de la atención
le digo
pero se queda, nos mareamos
nos turnamos en los libros
la mañana vino hecha
para invadir el día.

compartir la casualidad
de ser un ser vivo alcanza.
puedo acariciar al perro
que me mordió
leer toda la noche
con un asesino serial
más si se emociona
al oír su propia voz
insistir en prender
la luz de un baño arruinado
desaparecido
subirme al bidé
pegarle al cobertor
de la lámpara
buscar que encienda aunque ayer
no haya encendido
tocar el foco con la confianza
de que la mano
de ella pudo.

vamos a sufrir
nos pide que elijamos
la ropa que se pone
toda la noche necesitamos compañía
nos sentimos bien
no pensamos en el futuro
menos en el pasado
nos probamos
el placard entero
ensayo mi desmayo
entre la ropa
desparramada.


domingo, 6 de abril de 2008

e s p a ñ a
entre una letra y otra
construyo un puente
por donde el odio camina
hacia atrás
sin mirar
hacia atrás
un objeto significa
borrar todas las palabras
agotadas
y sin embargo recibo a nadie.
nadie silencioso y precavido
nadie con la cautela en la mano
como una vela protegida
por patrullas de piel
nadie con ojos alumbrados
en una oscuridad
de tan mortuoria, desapercibida
dos ojos que miran el lugar
donde será el siguiente paso
allanan el terreno
preparan la proximidad
como si todo lo que espera
tuviese miedo de ser
atravesado por la luz de nadie.

ya aprendí
para escribir poesía
es innecesario hablar
del espacio
del tiempo
y lo innecesario desaparece
al escribir poesía.
pero cómo evadir
un domingo al mediodía
en once
la calle desierta
siempre mi nombre
despertándome.

suena el silbato del tren
son las cuatro de la noche
en lobos