martes, 26 de marzo de 2013

el paisaje

A veces me olvido que somos dioses, que todo alrededor se acomoda de la manera en que lo fuimos dejando, como disponiéndose a dormir.
estuve más de dos horas en merlo. el tren que iba a tomar nunca salió. primero pensé: es por esto que no viajo en tren y es por no viajar en tren que me olvido de esto.
pero ahora estoy en el final del último vagón del tren, entre las heras y lobos. a veces me olvido que viajar a lobos en realidad es esto. la luz de película y las voces adentro de los vagones. este ruido del movimiento y de las puertas cerrándose por el viento. los yuyos altos, las pelusas de los juncos-plumero entrando.
entonces, mientras tomo mate pienso que lo mejor va a ser que las próximas veces llegue a merlo más temprano para tener tiempo de esperar el próximo tren, en caso de que se rompa el primero.
tengo la sensación de siempre, que se acentúa cada vez que me estoy acercando a lobos. está adosada a este lugar. es lo único que convive conmigo mientras miro por la puerta abierta del furgón cómo se mueve el paisaje, mientras miro el atardecer desde el estribo. me encantaría que no se hiciera tarde. giro la cabeza y veo la luna en la ventana circular de la última puerta del tren. lo único que podría estar en ese momento y en ese lugar conmigo lo llevo como sensación, como siempre.

el tiempo

La otra noche llegué a casa y por la ventana del edificio que está haciendo cruz con el mío, salía la misma música que había estado escuchando yo a la tarde. eso fue hermoso.
fue hermoso porque antes había ido a una fiesta en la cual sentí muchas ganas de volver a mi casa y tomar un té, de sentarme a leer entre la gente que bailaba.
cuando al fin volví, después de escuchar la canción entre tanto silencio (las pocas horas de silencio en estas cuadras son dos, las cuatro y las cinco) vi la calle mojada. volvió a llover después, cuando ya estaba tapada como en una mañana de invierno.
la droga que había en la fiesta no me pegó. una cantidad considerable de droga no me pegó. para mí es un problema menos. nunca pude ingresar a la forma hegemónica de la juventud de mi época. aunque cada vez es menor la deuda que nunca voy a pagarle a la forma hegemónica de la juventud. es un problema menos. no es que no lo haya intentado algunas veces, lo intenté, pero no funciona.
si siguiera mi ética debería relacionarme con muy pocas personas.
para mí es fantástico y coherente que la droga no me haya afectado. los demás no lo podían creer, me tildaron de "roble", hacia el final dije que tal vez un poco, que tal vez apenas, para que no se preocuparan. pero lo que más deseaba era volver, y volver y escuchar esa canción que a la tarde salió de mi casa y a la noche volvió a ingresar, desde la calle, fue hermoso. como si me estuviera diciendo: tranquila, tu lugar está cerca tuyo.

lunes, 25 de marzo de 2013

La gran paradoja es que tenemos el deber y la voluntad de recordar,
pero estamos obligados a olvidar para vivir.

alain resnais

jueves, 14 de marzo de 2013

el cielo

Otra vez este clima que me traslada a otra dimensión. hoy más marítimo que ayer. creo que estoy en esa parte de la vida en la que en realidad estuve siempre en la cual el clima es más importante que cualquier otra cosa. cada una en una habitación. yo, en lo posible, en alguna que mire al exterior. es decir, en la cocina. esta cocina, ademàs, es como un barco que mira otro barco: el hospital naval. hoy temprano se me congelaron los pies, tenía medias pero no alcanzó. me tuve que poner las alpargatas acordonadas. cuando me las calcé pensé en voltear para el rancho. pero me quedé donde estaba. es extraño, pero a fin de cuentas, trabajo casi todo el tiempo, aunque trabaje lentamente. por otro lado, creo que soy fanática del vacío.

miércoles, 6 de marzo de 2013

el método inductivo

La canción de una película de fondo. ganas de llorar. más de veinte años con el ceño fruncido. relajar la frente. dos movimientos. hacer el mate. qué bien que exista la noche. que sea utilizable. un plus divino, la noche. la resaca. la sobreinformación concentrada. el amanecer sin haber dormido. las extrañas formas de la renovación. ocultar el mecanismo de las cosas. el método inductivo. en un momento de mi vida desapareció el aburrimiento, el concepto de rutina se transformó en disciplina y dejó de importarme la "diversión". otros sentimientos más fuertes y no menos turbulentos quedaron.  detesto a la humanidad profundamente, yo incluida, pero dentro de una profundidad mayor: el amor absoluto. no soy una persona recomendable. nací conociendo el mecanismo de las cosas. tal vez como todo bicho que camina, vuela o se arrastra por la superficie. esto no lo sé. nunca lo sabré. conozco el mecanismo de las cosas. un amigo chileno: que el mate lo despierta más que un litro de café. hay cosas que me encantaría que me gusten. esas extensiones. cómo lo van alejando todo. los gestos, las repeticiones de los movimientos, algunas señales que no capto. lo que no percibo. la consciencia omnisciente. saber que hay mucho más de lo que se ve. quién elige ver lo que ve. yo no elijo ver lo que veo. estoy acá, soy mi propio ejemplo, mi propio experimento. el método inductivo. las sensaciones en el pecho. cosas que tienen varias significaciones, a veces completamente contrarias. hacer el mate, armar un cigarro. la duración del ruido al pasar una página. los tipos de papel. la acumulación, el desagüe. tener que estar en otra cosa. la sequedad de los ojos, eso siempre. la vida es un día largo. la vida es una larga noche con su amanecer y su día. un largo día con su noche. pocas linternas que te marcan: acá, más acá, más acá. el horizonte como una fila de botellas verdes que estalla. la mancha en el cielo, la sombra de los pinos donde me siento a beber el trago de mi primavera cotidiana. un poema insertado en un libro desconocido. la primavera cotidiana. una vieja en una película: los años felices de la vida son algunos, es una época, lo importante es darse cuenta en el momento en que se la está viviendo. después ya está. esa es la posibilidad. la vida entera también debe ser una época. la ética cotidiana. 

testimonio

En el alto trigo invernal
que sopló hasta empujarnos
a esta tierra de nadie,
en los acoplamientos de nuestra ira
más allá de esta mala hierba blanca y anónima,

y porque alojé, para siempre,
una flor en el infierno, te hablo
de la apertura de mi ojo
más allá del ser,
de mi ser más allá de ser
sólo uno,
y cómo podría absolverte
de este escondimiento y probarte
que ya
no estoy solo,
que ni siquera
estoy ya
cerca de mí.

paul auster

viernes, 1 de marzo de 2013

"vos estás luchando contra una fuerza que ya te ganó.
seguí luchando, pero en algún momento te vas a tener que rendir".

La distancia justa es el fardo que tiene que cargar el que viene después, la inocencia es la gracia terrible otorgada al primero que llega, al primero que ejecuta, simplemente los gestos del cine.

serge daney