miércoles, 6 de marzo de 2013

testimonio

En el alto trigo invernal
que sopló hasta empujarnos
a esta tierra de nadie,
en los acoplamientos de nuestra ira
más allá de esta mala hierba blanca y anónima,

y porque alojé, para siempre,
una flor en el infierno, te hablo
de la apertura de mi ojo
más allá del ser,
de mi ser más allá de ser
sólo uno,
y cómo podría absolverte
de este escondimiento y probarte
que ya
no estoy solo,
que ni siquera
estoy ya
cerca de mí.

paul auster

No hay comentarios: