jueves, 17 de diciembre de 2015

“La infancia; el tema de unos
juegos florales relativamente feroces, pero en fin,
música
alrededor de una glorieta vacía”

Enrique Lihn, “La infancia”

Es la alta noche en mi casa de Villa Crespo
está nublado el cielo, al lado, en la ventana
y yo veo, como una excusa, Medea de Pasolini
elijo esta otra película, pienso,
en la que un centauro dice 
que la naturaleza no es natural
que cuando lo parezca se habrá transformado en otra cosa.
Todo es santo, proveniente de algún dios que está detrás
o que dejó su huella.
para mí es suficiente.
giro la cabeza hacia la ventana
y se enciende la luz de entrada:
mi hermana más chica, las 3 de la mañana.
Hablamos a oscuras en la mitad de la noche
está más flaca, nos vemos poco.
Ahora, por la casi total oscuridad
y en los días pasados,
al igual que con mi otra hermana.
Cada una su camino, como un ramillete
salido de una madre.
Como un ramillete que se desata cayendo los tallos en ríos distintos.
Como sucede en todos lados y también en mi vida.
Cada una su camino y algunos pensamientos
que se comunican casual y maravillosamente
en medio de la cálida tempestad.

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