sábado, 20 de julio de 2013

Café Bar Río Hotel

Hoy llegaron los primeros huéspedes del mes. Mientras espero que esté lista el agua para el mate, los miro por la ventana. Yo veo sus pies. Ellos pueden verme sólo en plano medio. Desde la cintura para arriba. Es una pareja que se conoce bastante pero que no anda por Buenos Aires seguido. Él es japonés, o mitad japonés, ella es argentina y lo abraza de atrás mientras miran el hueco que queda entre las cinco esquinas. Abajo de ellos, en el café del hotel, la señora del perro marrón oscuro con su hija de pelo negro. Los vi antes, a la mañana, mientras se levantaban. Vi el cuarto vacío después, la cama arreglada, medio postigo cerrado, el espejo que no llega a reflejar nada. Fumamos un cigarrillo enfrentados, ellos y yo. Ellos se reían, -no por haberme visto, es inevitable verse-. Ella sobre todo, con sus brazos enroscados en la espalda de su amante. Él no tanto. Él cuando podía miraba serio, con los ojos entornados, hacia adelante, sin soltarle las manos.

No hay comentarios: