martes, 11 de junio de 2013

Lobos

1

Paso por al lado del negro,
un perro parecido a un zorrino
que me llega a las rodillas,
de día vive en el puerta de casa y de noche duerme
no se sabe dónde.

cierro la tranquera de hierro
miro el hueco que quedó después de que el viento
se lleve puesto el aromo
muy pocas veces dio flores y el olor
muy pocas veces llegó a invadir la cuadra


2

Sigo por la vereda más larga del pueblo
llena de árboles y baldosas rotas
al costado la casa en que pasé
la mitad de mi vida

ahora hay montañas de hojas en los zócalos
acomodadas naturalmente
y el paredón grafiteado

allá, la casa rosa, que forma una verdadera esquina
la única que no es ochava en todo el centro
los viejos del petit remis, 
dispersados en banquitos
al lado de la UCR vacía

la esquina de “La Baliza”,
cadena de heladerías de Ponce
enemigo, también.

el hombre del cloro en la puerta
fumando en bermudas y alpargatas
un par de imágenes que no cambiarán nunca

yo voy con una sensación
entre hermosa e inaguantable
que nadie me podría sostener
aunque quisiera

la cuadra oscura de piedras,
la casa interminable conectada por dentro
la calle Hiriart que une la avenida Alem
con todo lo otro.

3

O tal vez es que no quiero
porque, ¿por cada año de amor
cuántos años son de cura?

fui adquiriendo varios gestos
de solitaria, 
son las tres de la mañana,
por ejemplo, y sigo tomando mate
con la lámpara al lado, en el piso

Son las cinco de la tarde y sigo caminando
con el mismo saco, por el pueblo
mirando la vereda

Necesito un rayo
que caiga y me convenza
pero tal vez así y todo no quiero
dejar estas costumbres
ni trocar, sobre todo,
un año de amor
por no sé cuántos, de cura.

4

Otro día me siguió mi perra
le pedí que vuelva,
el error debe estar en querer comunicarse.
por momentos parece una gacela
por momentos una persona deteniéndose
porque vio a otra de su especie
ahí es cuando miro para atrás,
la dejo con la mirada en el medio de la calle
y doblo,
como haciéndome la desconocida.

5

Ya no hay solución si le escribiste un poema
deja de haber solución, en el mismo momento
en que empezás a escribirle un poema
o cuando decidís evitarlo
pero lo llevás  en la cabeza
como música de fondo
mientras caminás.

6

Vuelvo tarde por la Hiriart,
veo una sombra
de cables que cruzan de una vereda a otra,
arrastrándose por el piso.

Después viene el registro civil,
y ese lugar eterno de la esquina donde una vez
fui a comprar lanas.

A veces caminaría sin parar
toda la noche.

2 comentarios:

Carolina Castro dijo...

contemplar es el verbo con más acción de todos.

Arce dijo...

sí, el verbo donde descansan todas las acciones