martes, 30 de septiembre de 2008

1 Retiro- Junín de los Andes

enero 2008

Retiro parecía un hormiguero y no teníamos idea de cómo se armaba una mochila hippie. La hicimos a medias llevando lo indispensable y cosas que jamás íbamos a usar. Después nos darían ganas de tirar la mitad del equipaje.
Quitito estacionó el auto y ya se desenganchó el jarro que tiznado olvidaría en un refugio y ahora estarán usando los huéspedes posteriores.
El jarro sería un problema todo el viaje. Lo tendría que estar atando con elásticos de carpa y cuidando que no me pegue en las piernas y moleste como una pata falseada de bicicleta.
El peso era evidente y así subimos y bajamos escaleras en retiro. Ella más linda que nunca, típico en una situación de alejamiento, me acompañó a comprar agua al kiosco, me abrazó y se fue.
Esperamos dos o tres horas al colectivo y ni bien subo me doy cuenta que la voy a extrañar demasiado, que un mes es mucho tiempo.
El colectivo frena. A la salida de la capital, doce de la noche, un árbol gigante cae en medio de la ruta y empieza el juego de señales con dios.
Vemos una película yanqui de un secuestro mientras el colectivo se mantiene detenido a 50 km. del Río de la Plata. cuando termina la peli bajamos a fumar un cigarro y a mirar el árbol caído, comprobando que la libertad es posible aún siendo pasajero de larga distancia con baño incluido.
Así nomás armamos lo más parecido a un rancho en el primer asiento y con Ana podemos seguir hablando por diez años no me preguntes de qué.
Bajo a la cabina del chofer: una chica hablándole de temas metacolectivo, metaviaje, tema reiterado en todo el mes. Lo esperado: cigarrillo en mano de chofer, chica, y copiloto, mate empezando a girar.
Donde siente el humo, baja Ana, nos fumamos uno, y en un rato vuelvo a cebarte mate le digo al chofer. Así sí, cómo no. En seguida me aburro en el asiento, Ana empieza a entrar en el sueño que duraría el resto del trayecto.
Silencio. Todos duermen, el cielo pasa de lila a negruzco y finalmente a negro. los bichos voladores se estampan en el vidrio, investigo el colectivo.
Voy al baño, cargo el termo, bajo a la cabina:
un marinero retirado contando sus hazañas de militar en la Antártida y un tema que me interesa: cómo es que la noche allá dura medio año. Después se pone a hablar de las prostitutas que les llevaban y las cajas de cigarrillos. El sufrimiento mezclado con aventura más un estar al borde de la muerte y los cascotes de hielo.
Tiene el pelo blanco, es gordo y toda su vida habló de lo mismo. Se siente una bazofia, recuerda la colimba como el auge de su vida, fuma al hilo dos cigarros y medio, se va.
Me acerco con el mate, 2 de la mañana, falta rato para que me de sueño. Me siento en el lugar del copiloto que duerme. Examino los discos del chofer, elegimos el más pasable y hablamos de metatrayecto, metacolectivo, metaazafata. me voy a dormir.
7 de la mañana: estoy desvelada y bajo a la cabina. me siento en el asiento copiloto. Empiezo a cebar mate y fumo en ayunas mientras Marcelo me regala todas las medialunas que quiera. Hablamos del amor, escuchamos Calamaro, le da lo mismo.
Voy al baño, ando de short blanco que se me cae hasta las rodillas si no lo sostengo. abajo bombacha roja, y lo que la confianza implica, que cuando llego me dice sin que lo tomes a mal que linda cola tenés, qué bien te queda el rojo. ¿cómo hacen ahora para coger los pibes? pregunta, ¿van de una, dicen algo?
yo, que todavía prefiero seguir tomando mate y a la mañana me fumaría siete cigarrillos lo derivo a su vida: se casó se separó se casó se separó está de novio ahora.
no entiende cómo la gente dura diez años, le parece utópico. y vuelve a las preguntas:
¿vos cómo aguantás acá un mes sin sexo, cómo van a hacer? a lo que le digo, nada, se puede estar mucho más sin coger y de última me las arreglo, no te preocupes.
así que se va a dormir y viene Abel. se despabila, se despereza, y prende un cigarro. Escuchamos Los Rodriguez, le encantan. ésta es genial, dice, sobre todo esta parte: . El sol es increíble y Abel no habla de sexo sino de música y de su juventud. le cebo mate, como facturas.
Él imita el ritmo de la canción pegando con las manos en el volante y canta de memoria. Yo miro para adelante. no hay sensación igual a mirar hacia adelante en un viaje por ruta. Todas las horas del día transcurren afuera. El camino se va llenando de montañas.
Tres horas después de lo planeado, llegamos a Junín. el pueblo se presenta como una maqueta amarilla y beige. el sol sigue en el mismo lugar, fuertísimo.

6 comentarios:

ana dijo...

jajaja
es genial
despues voy a hacer mi version

Unknown dijo...

mentira no dije eso!

copiloto dijo...

BUENISIMO BUENISIMO! POSTA! ME RE GUSTO! CON MAYUSCULA

Anónimo dijo...

esaaaaaaaaaaaaa
lo subiste genia.
ponelo en fotolog mamasa, y segui loca segui que todos queremos saber.
y como dijo viole, ME RE GUSTO CON MAYUSCULA.

Anónimo dijo...

FOO SOY MER

Anónimo dijo...

http://www.26noticias.com.ar/adjuntos/imagen/29192.jpg