sábado, 1 de diciembre de 2012

Hoy disminuyó la nubosidad



Yo me levanté como pude

Todo el tiempo me estoy despertando y bañando

Para ir al trabajo


Ahora por ejemplo, estoy en el trabajo

La firma en la hoja de entradas me confirma

Que existo,

Hubiera viajado en el subte interminablemente,

No, interminablemente no, hasta morirme

Leyendo el poema de la Gran Salina

Pero vengo al trabajo y quiero escribir esto


Y tendría que estar investigando sobre el sexismo lingüístico,

Algo que no tiene nada que ver con mi trabajo,

Como esto tampoco,

Y que tendría que haber investigado hace más de tres días

Pero hoy me voy a permitir hacer simplemente esto


Alguien espera algo que tal vez nunca le llegue

Si espera que venga de mi parte.

Toda la semana estuve guardando la poca

Energía que tenía

Para una desconocida.

Pensé en hoteles hermosos y precarios

Como los del pasajero de antonioni

Pensé en las cortinas viejas y los ventiladores

En movimiento

Pensé en el viento que entraba por la ventana

Y cómo iba a ser

Trepar una montaña

Mirar el techo

En las paredes blancas y la calle de noche

En la idea de no saber dónde estás

En el momento justo.


Hoy que disminuyó la nubosidad

Me desperté con otra cara,

Llegué al baño del trabajo y me la vi

No tiene gesto,

No tiene nada, pero es real

La de haber comprobado que sí

Que se puede, como siempre,

Morirse y seguir despertando para ir al trabajo.


No entendía tampoco otras cosas, ahora sí

Después de lo que pasó, sí

No estaba conteniéndolos yo a ellos,

El pibe borracho que lloraba a las seis de la tarde

Tomando vino blanco y decía

Que lo único que quería en su vida era

Ir a ver a roger waters

Porque nadie lo podía curar, tampoco waters, y lloraba, y yo

Que me creía fuerte le frotaba la espalda pensando

Pensar que tengo una entrada para roger waters que no quiero usar,

Pensando, capaz se la doy a él, pero si le digo ahora y después me olvido

Pensando, qué lástima que sea esto lo que le tocó, esta clase esta mierda de vida


Y el tipo que vino a decirme que la música es lo único que importa

Que por suerte él vivía en la calle

Que por suerte no tenía que vestirse ni volver

A ninguna casa

Que, perdón, esto es vino, no es cepita

Y yo: está bien, salud

Y él, que no hay que gritar ni putear,

Putear sí pero con música

Y yo pensando por qué se me pegarán los desgraciados

Si no puedo ni conmigo

Y él chocando su mano con la mía

Que dios te bendiga y yo,

Igualmente

Y él, también, diciendo

Capaz alguna vez nos encontramos todos

Capaz que no, nadie va a vivir cien años,

y yo pensando qué suerte

porque si quedan muchos más yo no aguanto

y la chica

De al lado de mi casa que sin saberlo estaba

Hace tiempo metida en un poema

Que hablaba de que yo hablaba con ella

Y ayer pasó, le dije

Perdón, es que la verdad no hay puerta que me guste más

Que la tuya

Y todo bien, pasó porque antes lo escribí,

Eso no me importa para nada


El tema es que eran ellos, no yo, los que me estaban conteniendo


Cuando salga del trabajo me voy a mezclar

Entre los turistas orientales de la plaza de mayo,

Voy a conocer y fotografiar el obelisco,

Aprender su idioma para que me traduzcan éste

Mirar el cielo buscando cúpulas antiguas

sentir el lugar del que se fueron

Pero no querer volver

Como yo


Que vine al trabajo como pude

Y me hubiera acostado arriba del escritorio

Y les hubiera dicho a todos que me acaricien,

Que me masajeen el cuerpo para ver si sacan algo

Si todavía algo se mueve

Y le hubiera dicho a mi directora:

De acá en adelante no esperes nada de mí.

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