Me levanté a las dos de la tarde, el día después de la cerveza estoy muy sensible, igual que cuando estoy indispuesta. terminé de pintar la puerta, pero no sé pintar. en realidad la intenté despintar, y quedó como un camuflaje, está bien, porque no sé pintar ni me interesa saberlo. al contrario, me gusta despintar, que se vea bien la base, lo que está abajo.
me pasaron algunas cosas que me hicieron dar cuenta de que sí, hay gente que duerme, porque lo eligió así y que ni un huracán ni una bomba ni lo más inexplicable y tormentoso del mundo los despertaría.
escuché todo el día ésta canción, hay otra de bola de nieve de la que me quedó una frase que dice no se puede tener conciencia y corazón.
también con esas cosas me di cuenta lo que necesito, que probablemente no exista, al menos para mí. es algo muy básico y cursi, que serían unos ojos ajenos para descansar, para dejarme ahí y descansar. cuando volví después de estas cosas pensé eso. pensé dejame descansar en tus ojos. pero no hay nadie.
por ejemplo, que alguien con ojos nuevos y antiguos y limpios venga, me cebe mate mientras despinto la puerta religiosamente, porque eso es todo lo que soy, y me deje descansar en sus ojos.